Cerdos y cabras
Nahuelaesperaba en calma acostada sobre el catre. Bajo el quillango su vientreabultado se movía de a ratos en forma lenta. Respiraba pausadamente elaire humedecido, que surgía del caldero hirviente sobre los leños, conagua y hojas de eucaliptos. Faltaba una hora para que saliera la novenaluna y llegara Eulogio de los maizales. Confiaba en que todo sucederíaa su debido tiempo. El sol aún teñía de naranja la... Continuar leyendo