A UN VIEJO AMIGO
“¿De qué árbol florecido
llega? No lo sé
¡Más es su perfume!”
Boshó
En un jardín,
hogar de pájaros,
las raíces hirsutas
del jacarandá me esperan.
Lo conocí de semilla,
en el trabajo penoso
de estirarnos hacia el cielo.
Crecimos,
con la amargura
de no mamar el sol nodriza.
Si sus ramas pìgmeas
despertasen lozanas
o su copa opacara
el follaje celoso
que lo oculta,
sólo por verlo florecido,
moriría en primavera.
Al abrigo de su manto añil
volveríamos a ser semilla,
a dar frutos prodigiosos
con el polvo fértil de mis huesos.
Testigo paciente
por recibirme en su regazo,
a la distancia me llama
su amor prometido.
Perfumará los brotes
que me ha talado la vida.
a martha cecileo
maría guillermina sánchez magariños
septiembre de 2008